Julio 3 de 2020
¿NOS HACE FALTA UNA BURRA?
“El ángel del SEÑOR le dijo: ¿Por qué has golpeado a tu burra esas tres veces? Mira, yo mismo he venido a detenerte porque tu viaje me disgusta”
Números 22:32 PDT
Cuando Israel se encontraba camino a la tierra prometida, decide acampar en territorio Moabita, lo cual ocasionó que el Rey de Moab, Balac, se llenara de miedo, pues conocía del gran poder que Dios había derramado en Israel, por tal razón mandó mensajeros para que trajesen a un hombre llamado Balaam.
El objetivo al llamar a Balaam, era solicitarle que maldijera al pueblo de Israel, pues la fama que este hombre tenía era: “que lo que él bendijera sería bendito y lo que él maldijera sería maldito” (Números 22:6).
Si analizamos la historia registrada en Números capítulo 22, podemos inicialmente percibir una actitud obediente y reverente por parte de Balaam. Cuando los mensajeros de Balac fueron a él, les solicitó poder ir a revisar cuál era la opinión de Dios al respecto. Como era de esperarse, Dios le pidió que no fuera con ellos y Balaam obedientemente los despidió. No obstante, Balac insistió y después de varios días envió más personas honorables, delante de Balaam, llegaron prometiéndole gran honor y riquezas si tan solo iba a maldecir a Israel.
Una persona radical y determinada en la obediencia a Dios, no vacilaría en su respuesta, pero luego de los ofrecimientos recibidos, Balaam decidió consultar de nuevo la voluntad de Dios. Aunque esta actitud no es tan mala, como ir con ellos sin revisar primero con Dios, sin lugar a dudas demuestra inestabilidad y una intención de colaborarle al adversario.
A causa de la actitud necia e insistente de Balaam, Dios le solicita que vaya con los mensajeros de Balac, pero solo si hacía lo que él le indicara. Posteriormente, vemos a Balaam, montado en su burra, listo para el largo viaje. Como resultado, la ira de Dios se encendió y mandó a su Ángel contra él a estorbarle en el camino. Lo cierto del caso es que Balaam no se dio por enterado de la presencia del Ángel del Señor, quien la percibió fue su burra, ella al ver esta Gloriosa aparición, se puso varias veces en posiciones que le impidieran a Balaam seguir su trayecto. Balaam enfurecido con su burra, la golpea tres veces, por lo cual el Ángel del Señor hace que el animal le hable.
Entonces el SEÑOR hizo que la burra hablara y ella le dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho para que me golpees tres veces de esa manera?
Números 22:28
Finalmente, Dios permite que Balaam vea al Ángel del Señor, quien le dice lo siguiente: ¿Por qué has golpeado a tu burra esas tres veces? Mira, yo mismo he venido a detenerte porque tu viaje me disgusta.
A causa de esto, Balaam obedece, pese a que el malvado Balac lo llevó a varios lugares que le harían más fácil el maldecir a Israel, Balaam se mantuvo en lo que el Señor le había dicho y habló solo Su palabra, la cual era solo bendiciones para Israel.
Analicemos las siguientes preguntas:
¿Cuántas veces le solicitamos a Dios una respuesta y no nos gusta la indicada?
¿Cuántas veces ante una negativa de Dios, seguimos insistiendo como si pensáramos que Él se equivoca?
¿Cuántas veces Dios ha enviado obstáculos para evitar que ejecutemos lo que no nos conviene y sin embargo seguimos adelante con nuestra terquedad?
Por último, ¿será que es necesario que una burra nos hable?
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti”
Salmos 32:8-9
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
Alejandra Bustamante.
1 comentario:
Amén.
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