LA VERDADERA ADORACIÓN

Agosto 7 de 2020


LA VERDADERA ADORACIÓN

“Y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas” 

Apocalipsis 4:10-11 

Mi corazón se goza en gran manera cuando mi hija exalta alguna de mis labores como madre, frecuentemente reconoce mis habilidades culinarias con su efusiva frase “delicioso mamá” o manifiesta su alegría y gratitud cuando pasamos largos periodos de tiempo jugando, regalándome un abrazo precedido de las palabras “qué divertido mamá”. Sin embargo, hay algo que excede mis niveles de gozo y es cuando obedece a mis indicaciones. 

Por mucho tiempo se ha asociado el acto de adorar a Dios, únicamente con la entonación de canciones que exaltan sus atributos o con oraciones de gratitud, si bien esto hace parte de la adoración, la obediencia es la mejor forma de rendir gloria, honra y tributo al Creador. 

Para ilustrar lo anterior, recordemos aquel pasaje de las escrituras en el que Jehová a través del profeta Samuel, le indica al Rey Saúl que hiera a Amalec, y destruya todo lo que tiene, y no se apiade de él, matando a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos; todo a causa de la oposición de este hombre (Amalec) hacia el pueblo de Israel en el camino cuando subía de Egipto. 

No obstante, el Rey Saúl pasa por encima del mandato de Jehová y perdona a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quiso destruir para ofrecer sacrificios a Dios. Por esta razón Jehová se arrepintió de haber puesto por Rey a Saúl y le amonestó a través del profeta Samuel con las siguientes palabras: 

¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 

1 Samuel 15:22 

El ofrecer sacrificios y holocaustos a Dios, es en el antiguo testamento una forma de rendir alabanza y adoración, pero nótese como fue despreciado este acto por parte de Jehová, porque con éste Saúl estaba desobedecido. 

Hoy las sagradas escrituras nos exhortan a que nuestro caminar sea consecuente con lo que cantamos y con lo que sale de nuestra boca en oración, si exaltamos a Dios con nuestros labios como el Rey coronado con poder, entonces la mejor forma de adorarle es dejándonos gobernar por ÉL y obedeciéndole. 

Ciertamente el obedecer es mejor que cualquier acto ceremonial, adoremos con nuestra propia vida. 



Dios te bendiga. 
 
 
Alejandra Bustamante.

1 comentario:

Marly Marín dijo...

Gracias por este gran mensaje. Un abrazo.