Junio 27 de 2020
¿VAS A IR CON ESOS ZAPATOS?
“Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”
Efesios 6:15
Mi primera experiencia laboral como profesional, fue en el Municipio de San Rafael (Antioquia).
Alguna vez por solicitud de la comisaría de familia, tuve que realizar una visita en zona rural para verificar las condiciones sociofamiliares de una niña, víctima de abuso sexual; recuerdo que antes de dirigirme al lugar de destino, pasé por la casa de una de mis compañeras a recoger una encomienda, quien al verme me preguntó: ¿Alejandra tú te vas a ir para esa vereda con esos zapatos?, mi ignorante respuesta fue: Sí, ¿Qué tiene de malo?
Esta mujer, usada por Dios, me aconseja que me quite los zapatos y mejor me ponga unas botas pantaneras, pues no sabíamos las condiciones del terreno, a lo cual hice caso.
Cuando emprendí el viaje a aquella zona, lo hice en uno de los carros del Municipio, estaba acompañada por una enfermera y el conductor del vehículo.
El Señor que conducía, se estacionó en cierto lugar y nos dijo: Compañeras aquí las espero entonces, que les rinda el camino. Por lo cual pregunté: ¿acaso este no es nuestro lugar de destino? La enfermera, quien iba como mi guía, se ríe y responde: No Alejandra, hasta aquí llega el carro, nosotras debemos caminar entre 45 minutos a una hora.
¡Oh Dios mío! En ese preciso instante empezó a llover, por lo cual el terreno se llenó de pantano y nos hundíamos en él casi hasta las rodillas. ¿Qué tal si me hubiera quedado con los zapatos que pretendía ir? Seguro el desenlace de la historia sería diferente, mis zapatos hubieran quedado enterrados en el fango y quién sabe qué habría pasado conmigo. Gracias a Dios que usó a aquella mujer para aconsejarme llevar el calzado adecuado y pude realizar mi labor además de regresar a mi casa.
El objetivo al contar esta breve historia, es ilustrar un poco el pasaje bíblico que se cita el día de hoy, en el cual el Apóstol Pablo hace mención de una de las partes de la armadura espiritual que Dios nos dejó para hacerle frente a las asechanzas del enemigo (satanás). El consejo del Apóstol es: “calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”
Recordemos que Pablo escribe esta epístola a la iglesia de Éfeso, para que sus miembros fueran conscientes de sus recursos espirituales; y lo hace estando en una prisión en Roma, por lo cual utiliza de manera figurativa las partes de los trajes de los soldados Romanos.
Así como el soldado Romano, a causa de sus zapatos podía pisar seguro y confiado el campo de batalla; puede pasar con nosotras, solo si en la guerra espiritual que peleamos todos los días de nuestra vida, empleamos como base la palabra de Dios (el evangelio como calzado para el camino), de esta forma podemos tener seguridad, confianza, pero sobre todo paz.
Si aún no has cambiado tu calzado, es hora de hacerlo, no sea que te hundas en el pantano.
“Que los sabios y prudentes
entiendan este mensaje:
Los caminos del Señor son rectos,
y los justos los siguen;
pero los malvados tropiezan en ellos”
Oseas 14:9 DHH
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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