Junio 4 de 2020
UNA MUJER AGRADECIDA
“Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume”
Lucas 7:37-38
Esta porción de las escrituras, hace parte de aquel relato en el que el evangelista Lucas narra el momento en el que Jesús fue invitado a comer en casa de un fariseo y mientras estaba allí llegó una mujer, nombrada como pecadora, quien se postra ante el Señor, regando sus pies con lágrimas, secándolos con sus cabellos y ungiéndolos con un perfume.
Dice el evangelio, que mientras el fariseo ve esta sublime escena, piensa para sí: Si este realmente fuera profeta sabría qué clase de mujer le está tocando, lo cual indica que aquel hombre consideraba que el perdón no estaba diseñado para ella. A lo que Jesús responde con la sabiduría que le caracteriza, luego de citarle una parábola:
“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados”
Lucas 7:47-48
Luego de usted y yo saber que, a partir del pecado de Adán y Eva en el huerto del Edén, toda la humanidad quedó destituida de la Gloriosa Presencia de Dios, pero que ÉL mismo por su exagerado amor entregó a su único hijo para librarnos de la condenación eterna, no nos queda otra opción que un corazón agradecido como el de esta mujer. Y la mejor forma de agradecerle es a través de una actitud de rendición y reverencia, aceptando nuestra condición humana, la necesidad de un redentor y un gobernador en nuestra vida.
Estar a sus pies significa decirle: Señor gracias, Señor te necesito, Señor heme aquí y haz de mí conforme a lo que tu quieras, además de obedecerle.
Dentro de las cosas que más entristece el corazón de Dios creo que está la ingratitud, ignorarlo aún conociendo lo que ha hecho por nuestra vida es una actitud lamentable.
¿Así es como le pagan al Señor?
Pueblo necio y sin sabiduría,
¿no es él tu padre, tu creador?
¡Él te creó y te dio el ser!
Deuteronomio 32:6 DHH
El Espíritu Santo hoy nos dice: Sean agradecidas.
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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