SUBLIME GRACIA
“Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos”
Hebreos 4:12
¿Cómo se siente su corazón cuando está a punto de entrar a una tensa reunión con su jefe?, ¿Qué sensación ha experimentado al momento de ingresar a una entrevista de trabajo? o, es más aún, ¿Cuál es su reacción cuando le dicen que es la encargada de ir a mediar para dar solución a determinado problema?
Si su respuesta es: siento nervios, estoy totalmente identificada con usted, de hecho, por eso cité esas tres situaciones, porque son de las que más me producen nerviosismo, mi corazón empieza a latir más rápido, presento sudor y hasta dolor de estómago. Sin embargo, he aprendido a depender de Dios y acudo su gloriosa Presencia, al final siempre he salido bien librada de este tipo de espacios.
El versículo que encabeza este escrito, nos hace una invitación muy especial: acercarnos confiadamente en oración al trono de Dios, para hallar su misericordia y la gracia que nos ayude en el momento que más lo necesitamos; estoy segura que esa ha sido mi mejor estrategia para salir avante cuando debo enfrentar momentos de gran tensión.
Por otra parte, la biblia nos enseña de un hombre y una mujer, que tuvieron que acudir a la gracia de Dios, con el fin de encontrar el respaldo de personajes influyentes. Se trata de Nehemías y Ester, ambos se vieron en el deber de interceder a favor de su pueblo ante el Rey o Gobernante de la época, pero antes de ir a aquella misión acudieron al Padre Celestial en oración y ayuno, solo así fue posible que los dos recibieran la gracia del Señor, necesaria para obtener el respaldo de aquellos mandatarios.
Pero, ¿Qué es la gracia? No es otra cosa, que la presencia de Dios en tu vida, esa que trae respuestas increíbles y un respaldo inimaginable.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su sublime gracia.
Alejandra Bustamante.
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