¡NO SE HAGA LA DE LA OREJA MOCHA!

Septiembre 23 de 2020


¡NO SE HAGA LA DE LA OREJA MOCHA!


“Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas. Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía”

Hechos 27:9-11


¿Recuerdan que a través del Salmo 1, el escritor llama bienaventurada a aquella persona que no anda en consejo de malos? Creo que tanto usted como yo, deseamos gozar de una vida dichosa y que cumpla con la descripción que hace el salmista. Por tanto, es necesario filtrar el tipo de consejos que recibimos y esto depende mucho de parte de quien vengan.


El texto bíblico que encabeza el devocional del día de hoy, es un ejemplo claro, de las consecuencias que puede acarrear el escuchar al consejero equivocado. Allí se está haciendo alusión a aquella escena en la que Pablo esta navegando hacia Italia, bajo algunas circunstancias que hacían peligroso el viaje, por lo cual amonesta a sus compañeros de travesía, advirtiéndoles que dicha navegación traería perjuicios y perdidas, no solo materiales sino también humanas.


No obstante, se le dio más crédito al piloto y al patrón de la nave que a lo que Pablo decía, lo que más adelante terminó demostrando, cuánta razón tenía el apóstol, miremos porque:


“Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida”

Hechos 27:21


La anterior es la prueba subyacente de que Pablo dio un consejo dirigido por el Espíritu Santo, teniendo en cuenta que sus palabras fueron cumplidas y lo que ocurrió terminó afirmando que no estaba aconsejando basado en su propia opinión, sin embargo, sus compañeros de viaje se dejaron impresionar por el cargo que ocupaban los administradores de la embarcación y desecharon la directriz de un hombre lleno de la sabiduría divina. La historia completa cuenta que afortunadamente, Dios tuvo misericordia y no hubo pérdidas humanas, pero sí una cantidad de desavenencias anunciadas por el apóstol y que se pudieron evitar. 


De allí podemos extraer una valiosa enseñanza para nuestra vida y tiene que ver con que hay dos tipos de consejeros, los malos y los buenos. Veamos a esta vez algunas señales para identificar un buen consejero: 

  • Su vida está cimentada en Dios.
  • No habla apoyado en su propia opinión, sino en las sagradas escrituras.
  • El mensaje que emite genera paz porque es consecuente con su testimonio.
  • No hace juicios de valor, simplemente se inclina hacia la sabiduría divina.

Si usted cuenta con la fortuna de tener un buen consejero de su lado, escúchele, no se haga la de la oreja mocha y evítese consecuencias nefastas. 


Termina escuchando la siguiente canción:


 

Dios te bendiga. 


Alejandra Bustamante



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