SE EXPLOTÓ LA OLLA
“Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”
Job 1:21
Si usted es mujer, madre, ama de casa, empleada y ejerce un ministerio, tal vez se identificará conmigo en este relato.
Soy partidaria de hacer cronograma de actividades en mi diario vivir con el fin de agendar mis pendientes y así distribuir bien el tiempo, creo que es una manera práctica de responder a los quehaceres. En días pasados, tenía todo absolutamente planeado con relación al aseo y elaboración de alimentos, para luego dedicarle un espacio a mi familia y escribir un poco.
Empecé por preparar el almuerzo, considerando que mientras este se cocinaba, podía realizarle la limpieza a la casa; cuando salí de la cocina con la idea de tomar la escoba y la trapera, la olla a presión explotó, de inmediato acudí a apagar el fogón y bajar la válvula de la olla, mientras llegué allí todas las paredes, techo y demás artefactos del lugar estaban completamente impregnados de sopa, también yo de pies a cabeza. Debo confesar que mi estructura de personalidad es un tanto rígida y me cuesta aceptar cuando se desbaratan mis planes, entonces tan pronto vi el desastre solo se me ocurrió una cosa: llorar. Sí, lloré porque ahora tenía que invertirle tiempo a algo que no tenía programado y esto había frustrado mis intenciones de poder compartir más con mi familia y escribir para este blog.
Pero Dios siempre tiene el control, mi esposo dejó sus ocupaciones y llegó de inmediato diciéndome: no hay problema, esto tiene solución, lo importante es que no sufriste ninguna quemadura, ve y báñate que yo me encargo.
Cuando salí del baño, encontré la cocina totalmente limpia, el almuerzo a punto de estar y un esposo reiterándome: todo está bien. Quienes conocen a mi esposo saben de su limitación en el desplazamiento, por lo cual me sorprendí de todo lo que hizo en tan poco tiempo, pero esto me reafirma que Dios está al cuidado de todo.
Hay un hombre del cual se habla en la biblia, a quien no se le explotó una simple olla, se trata de Job; si lees su historia puedes ver que tuvo una cantidad de pruebas y dificultades, unas tras otras, perdió sus bienes materiales, a todos sus hijos, su salud, su matrimonio se vio desmoronado y su reputación fue afectada porque sus amigos le acusaban de que la causa de sus males era su pecado. ¡Estos sí que son problemas! Ante todo lo ocurrido la respuesta de Job fue:
“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”
Job 1:21
El postrer estado de Job fue mejor que el primero, pues cuenta la palabra de Dios que fue restituido en todo. Esto indica que nuestro Padre siempre está ahí para ayudarnos, levantarnos y arreglar lo que aparentemente no tiene solución. ÉL ES EL OMNIPOTENTE.
Tal vez en este momento en tu vida haya explotado una olla: problemas emocionales, de salud, familiares, financieros, espirituales y no ves salida; quizás te sientas como yo cuando vi ese desastre en mi cocina y me pareció que era mucho más difícil de limpiar y no tendría ayuda. Pero hoy Dios nos recuerda a través de la vida de Job que ÉL está para arreglar lo dañado y restituir lo perdido. COBRA ÁNIMO QUERIDA AMIGA, la cuestión es tener la actitud correcta: ADORAR COMO JOB, mientras Dios obra.
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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