Junio 8 de 2020
NO ESPEREMOS A QUE SALGA EL SOL
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”
Efesios 4:26
Fue un 07 de agosto aproximadamente a las 2:00pm, recibí la llamada de una de mis hermanas quien me decía llorando repetidas veces la siguiente frase: “mi niña se murió, mi niña se murió”, refiriéndose a mi sobrina de ocho años de edad. ¡No imaginan lo que mi corazón sintió!
Luego de haber tenido un rico almuerzo familiar, mi sobrina subió a jugar al mezzanine donde acostumbraba hacerlo, allí sin saber cómo, sufrió una caída que de inmediato la dejó inconsciente; al ser atendida por el personal médico nos dan el diagnóstico: Muerte cerebral, siempre estuvimos aferrados a un milagro de sanidad física, pero los planes de Dios eran que ella partiera de este mundo. Mi familia y yo, la extrañamos demasiado y en ocasiones hasta creemos que es mentira.
Quise contar esta breve historia que marcó mi corazón, para que recordemos que la vida en esta tierra es un soplo y que en cualquier momento puede desvanecerse; ni mis familiares ni yo imaginábamos que aquel día tuviéramos que despedir a una persona llena de salud y vitalidad; quiero que en este preciso instante que me lees, pienses a quien le estás reteniendo el perdón, a quien le guardas rencor, con quien te enojaste y le has prolongado tu silencio.
La palabra de Dios hoy nos exhorta a pensar lo siguiente: Es normal que como seres humanos nos enfademos, pero no debemos permitir que este enfado nos haga pecar en contra del otro, tampoco es de sabios acostarnos a dormir enojados, sin saber si volveremos a despertar. NO ESPEREMOS A QUE SALGA EL SOL para pedir perdón o perdonar, para abrazar y reconciliarnos, no sabemos hasta cuándo tendremos el privilegio de gozar de la presencia de nuestros seres queridos.
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”
Romanos 12:18
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”
Efesios 4:32
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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