NO CAMINES SOLA

Agosto 11 de 2020


NO CAMINES SOLA


“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 

y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 

Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes” 

Lucas 8:1-3 


Como mujeres muchas veces nos hemos hecho el propósito de ejercitarnos físicamente, a algunas les gusta ir al gimnasio, otras prefieren ver tutoriales y hacerlo desde casa, otras como yo optan simplemente por caminar. 


Y pensándolo bien, creo que mi hermana mayor, también está dentro del grupo de aquellas que prefieren las caminatas, por lo menos, eso escuché de ella varias veces. En especial recuerdo alguna ocasión en la que se hizo el propósito de caminar por las noches haciendo un recorrido por algunos barrios aledaños a nuestro lugar de residencia, pero hay algo que me llama la atención y es que en mi memoria tengo grabada una de sus frases: ¡yo camino, pero si alguien me acompaña, que pereza caminar sola! 


Efectivamente, para su propósito de caminar invitó a una amiga, yo sin ser convidada también me sumé a las caminatas. La verdad, yo solo iba de espectadora, era apenas una niña, escuchando las largas conversaciones de dos amigas que se tenían la suficiente confianza para contarse historias de su vida cotidiana y fijar planes juntas. Lo que ellas hacían era muestra de comunión, amistad y camaradería, yo solo escuchaba, no hablaba, no opinaba. 


El pasaje de hoy nos narra como Jesús, cuando iba por las ciudades y aldeas predicando el evangelio, tampoco lo hacía solo, ÉL siempre iba acompañado de sus doce discípulos y además iba rodeado de varias mujeres, algunas de ellas agradecidas por haber recibido sanidad y liberación, otras le acompañaban para servirle con sus bienes. 


Me llama la atención el hecho de que estas mujeres sean mencionadas por su nombre propio: María Magdalena, Juana y Susana. El hecho de aparecer registradas en las sagradas escrituras, me lleva a inferir que no eran simplemente espectadoras como yo con mi hermana y su amiga, ellas realmente caminaban con Jesús, ÉL conocía sus historias, ÉL sabía los talentos y dones de cada una y les dio un valor usándolos para su obra, ÉL las hizo participes en sus planes, ÉL las tuvo en gran estima al igual que a esos doce hombres que caminaban a su lado.

Así como estás tres mujeres, tú y yo estamos invitadas a caminar por la vida de la mano de Jesús, lo cual implica poner a su disposición todo cuanto somos: la obra que ÉL ha hecho en nuestra vida, destrezas, talentos, nuestro diario vivir. Todo con el fin de impactar a otras mujeres para que se unan a esta bella caminata con el Salvador. 


Sí, camina con Jesús e invita a otras a este peregrinaje.



Dios te bendiga.

Alejandra Bustamante.


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