Junio 20 de 2020
MATEMÁTICA BÍBLICA
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
Juan 4:13-14
Seguramente al leer el título de este devocional y el versículo que se cita, usted se hará la pregunta: ¿Qué relación tiene lo uno con lo otro?, a medida que vaya desarrollando el artículo se lo voy a explicar.
Lo primero que debemos comprender es que el texto citado, hace parte del pasaje que relata el encuentro de una mujer Samaritana con Jesús. La historia es la siguiente:
En cierta ocasión salió Jesús de Judea hacia Galilea, pero antes de llegar a su lugar de destino le era necesario pasar por Samaria.
Se ubicó exactamente en una ciudad de Samaria llamada Sicar, donde estaba ubicado el pozo de Jacob, entonces cansado del camino se sentó allí junto a aquel pozo; en ese preciso instante vino una mujer Samaritana a sacar agua y el Señor le dijo: Dame de beber, a lo que la mujer responde: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.
En la escena siguiente de este relato, Jesús le dice a la mujer: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Ante tal respuesta, la mujer se confunde y expresa: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?, ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
Jesús entonces le hace la oferta más maravillosa que puede recibir cualquier ser humano, diciéndole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. La mujer persuadida, le pide al Señor que le dé de tal agua.
Luego de la petición de la Samaritana, Jesús en su conocimiento y sabiduría también le hace un pedido a la mujer: Ve, llama a tu marido, y ven acá. La Samaritana sorprendida afirma: No tengo marido.
Finalmente, Jesús le expresa: bien has dicho, no tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Y es aquí donde viene la MATEMÁTICA BÍBLICA, según el texto la mujer Samaritana convive con 1 hombre que no es su esposo y antes de él tuvo 5 maridos, la suma exacta da 6 relaciones sentimentales; pero luego a su encuentro llega el compañero número 7, uno que, sin ser su marido, le mostraría que nunca falla ni abandona, porque de ÉL bebería el agua de vida eterna, ese es Jesús.
Según algunos teólogos, el número 6 en la biblia representa al ser humano y su imperfección (al sexto día fue creado el hombre), mientras que el 7 hace referencia a la perfección de Dios (al séptimo día el Creador culminó su obra perfecta); lo cual me lleva a inferir que esos 6 hombres con los que estuvo la mujer Samaritana, representan todas esas vías de escape que los seres humanos sin Dios tienen para saciar la sed de su alma, puede tratarse de una persona, el dinero, la fama, las drogas, las cosas materiales, los títulos, etc, pero que al fin de cuentas no logran llenar ningún vacío.
Jesús en cambio, se describe a sí mismo como la fuente que sacia la sed de toda persona, aquel cuya agua lava nuestro ser y hace que jamás volvamos a ser las mismas, porque en Él estamos completas.
Puedo decirte que antes de conocer a Jesús busqué llenar mis vacíos en cosas que solo me satisficieron por ratos, pero ahora que lo conozco y tengo una relación íntima con Él y su palabra, te aseguro que estoy completa, como la Samaritana luego de aquel encuentro con el Salvador, porque así lo relata la biblia, esta mujer creyó en Él, lo siguió y testificó.
Jesús me sanó de la depresión y la tristeza, puedo dar fe que al encontrarme con Él jamás volví a ser la misma, me decidí por el número 7.
¿Tú qué esperas para sumarle un número a la historia de tu vida?
Decídete por Jesús.
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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