¡LENGUAS LARGAS!

Julio 24 de 2020


¡LENGUAS LARGAS!


“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita” 

Números 12:1 

El versículo anterior, hace parte de aquel pasaje bíblico en el que se narra el momento en el que María y Aarón hablaban mal de Moisés, porque se había casado con una mujer que no era hebrea; y no bastándoles con criticar la decisión de su hermano, pusieron en tela de juicio su labor ministerial diciendo ¿Acaso Dios le ha hablado sólo a Moisés? también nos ha hablado a nosotros. 

Por la actitud de estos dos personajes, Dios se molestó, pues ante sus ojos Moisés era la persona más mansa de la tierra, por tal razón llamó a Moisés, a Aarón y a María y les dijo: Vayan los tres al santuario. 

Estando en aquel lugar, Dios bajó en la columna de nube y se puso a la entrada; llamó entonces a Aarón y a María, y cuando ellos se acercaron les amonestó con las siguientes palabras: 


“Óiganme bien. ¿Por qué se atreven a hablar mal de Moisés? Ustedes saben que cuando yo quiero decirles algo por medio de un profeta, le hablo a éste por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, que es el más fiel de todos mis servidores, hablo cara a cara. A él le digo las cosas claramente, y dejo que me vea” 

Números 12: 6-8 (Traducción al lenguaje actual) 

Posteriormente, Dios se alejó de ellos a causa de su furor y cuando la nube se apartó del santuario, a María le dio lepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve! 

Por solicitud de Aarón, Moisés le pidió a Dios que sanara a María, pero Dios le aumentó su castigo impidiéndole ingresar por siete días al campamento, es decir, estuvo privada de la presencia de su Padre Celestial. 

¡Qué enseñanza nos deja esta historia! Comúnmente, tomamos el lugar de jueces de nuestro prójimo, señalamos y juzgamos sin compasión, como si se nos hubiera dado esa potestad, hablamos mal a sus espaldas y dañamos su reputación. 

¿Sabías que una de las tantas demandas para poder habitar eternamente en la hermosura de la santidad de Dios es no calumniar, ni admitir reproche contra el prójimo? Así lo declara el siguiente Salmo: 


“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo? 

El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón. 

El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino” 


Salmos 15:1-3 


Que esta historia nos lleve a reflexionar en torno a lo siguiente: 

¿Estamos libres de pecado? 

¿Podemos tomar el lugar de jueces? 

¿Acostumbro iniciar conversaciones con el fin de hablar mal de alguien? 

¿Cuándo alguien viene a hablarme mal del prójimo, en vez de exhortarle, sigo con el mismo juego? 


Si hay algo que corregir al respecto, es hora de hacerlo, no sea que la lepra del chisme y el señalamiento, nos impida la entrada al lugar celestial. 


Dios te bendiga. 

Alejandra Bustamante. 



 

 


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