Junio 10 de 2020
LAS CÁMARAS ESTÁN ENCENDIDAS
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Salmos 139:7
Hace algunos días circulaba un video por redes sociales en el que una señora de edad avanzada se encontraba en un supermercado comprando unas verduras, pero al parecer el propósito de ella al ingresar a tal establecimiento no solo era abastecerse de alimentos, sino también hurtar el celular de uno de los dueños del negocio. Sí, el video muestra como la mujer mira hacia su derecha e izquierda percatándose de nos ser vista “por nadie” y con sutileza toma el teléfono móvil y lo guarda en su bolsillo; lo que ella no imaginó fue que en aquel lugar había cámaras de vigilancia encendidas y EN EL CIELO TAMBIÉN.
Recuerdo que durante mi niñez tuve una profesora que siempre me decía: cuando esté a punto de hacer algo malo no mire para los lados, mire para arriba, porque al fin y a la cabo es a Dios a quien tienes que darle cuentas y ÉL lo ve todo. Que verdad en estas palabras, pues uno de los atributos de Dios es su omnipresencia, es decir, la capacidad de estar en todas partes a la vez.
La porción del salmo que se cita al principio de este escrito, reafirma que no podemos de ninguna manera irnos o escondernos de la presencia de nuestro Creador, por eso continuamente le canto a mi hija de casi tres años: “Cuidadito mis ojitos lo que ves, cuidadito mis oídos lo que oís, cuidadito mis manitos al tocar, cuidadito mis piecitos al andar; desde el cielo papá Dios nos observa con amor”.
“El que encubre sus pecados no prosperará;
mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”
Proverbios 28:13
Alejandra Bustamante.
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