¿GRACIAS A QUIÉN?

Junio 22 de 2020


¿GRACIAS A QUIÉN? 



“El rey se alegra en tu poder, oh Jehová;
Y en tu salvación, ¡cómo se goza! 

Le has concedido el deseo de su corazón,
Y no le negaste la petición de sus labios” 


Salmos 21:1-2 


Los versículos citados anteriormente hacen parte de un Salmo escrito por el Rey David, a través de ellos puede notarse una actitud de completa gratitud en el Salmista, a causa de un deseo concedido por Dios. 


Cabe anotar, que David estuvo al frente de diferentes batallas que enfrentó el Pueblo de Israel, además de tener que soportar los ataques del Rey Saul, pero de todo aquello salió triunfante gracias a la mano poderosa de Dios; no es gratuito entonces, que no solo en este, sino en la mayoría de sus Salmos, David desborde de alabanza hacia su Creador. 


Por el contrario, he conocido casos donde las personas atribuyen sus victorias a cualquier otro, menos a Dios. Recuerdo que el año inmediatamente anterior, pasaron por las noticias el doloroso evento donde una madre se suicida con su pequeño hijo arrojándose de un puente, por lo cual me vi en la responsabilidad como profesional de escribir un artículo con algunos tips para prevenir el suicidio, dejando claro que la base del vacío en el corazón humano es la ausencia de Dios y que es de vital importancia volverse a Él, además de seguir unas recomendaciones para la salud mental. A causa de esto, uno de mis colegas prácticamente me desahució como profesional, emitiendo el siguiente juicio: “estoy de acuerdo con todo lo que dices, pero hablar de Dios en un caso de estos, ¡por favor! creo que no es necesario, conozco personas muy felices, muy exitosas y no han necesitado de Dios”. Seguro para mi colega es mas efectiva la ciencia, pero para quienes, como David, hemos sido convencidos de la obra salvadora de Dios, nuestro redentor es suficiente. 


Debo confesarles que en aquel momento sentí un calor que subió por todo mi cuerpo, combinado con tristeza y dolor, no porque se haya cuestionado mi ejercicio profesional, sino por la ingratitud de aquel hombre. Si yo me sentí de esta forma, no quiero imaginar lo que Dios siente cuando le damos la Gloria a algo diferente a Él. Por eso recordemos siempre lo que indica la biblia en los siguientes versículos: 


“Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por siempre” 

Romanos 11:36 

“No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,
Sino a tu nombre da gloria,
por tu misericordia, por tu verdad” 

Salmos 115:1 

Por último, es importante considerar que ni tú ni yo contribuimos nada a nuestra salvación, excepto el pecado que la hizo necesaria; y este es motivo suficiente para estar agradecido. 


Dios te bendiga.


Alejandra Bustamante.


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