BAJÉMONOS DE LA NUBE

Julio 15 de 2020


BAJÉMONOS DE LA NUBE


“Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez de espíritu” 

Proverbios 16:18 

En alguno de los estudios devocionales que hago con mi esposo, encontramos unas sabias palabras de Pablo dirigidas a la iglesia de Corinto. En una detallada explicación acerca de como debe ser la conducta de un siervo de Cristo, el Apóstol les insta a no presumir de que un servidor de Dios es mejor que otro, además de recordarles que todo lo que tienen lo han recibido del Creador, por tanto, no hay motivo para jactarse como si la gloria le perteneciera el ser humano. (Ver 1 Corintios 4:7

La biblia es enfática en decir que fuimos creados para alabanza de la Gloria de Dios, es decir, para exaltar su Santo Nombre, a través de los dones y los talentos que hemos recibido de su parte, reconociendo siempre que todo es de Él y para Él

Cuando caemos en la trampa del egocentrismo y empezamos a tener un concepto más alto de nosotros mismos que el que debemos tener, es como si trasladásemos a Dios a nuestros pies, alimentando la idea errada de que todo cuanto tenemos y hemos logrado ha sido por nuestros propios medios; esta actitud es el pasaporte hacia la autosuficiencia y desobediencia, desligándonos por completo de la voluntad del Padre. Podríamos llamarle a esto, el síndrome del emperador, donde “YO” mismo gobierno mi vida y pretendo incluso gobernar la de los demás. 

El versículo con el cual se encabeza el escrito de hoy, trae una verdad irrefutable, cuando Dios decide el quebrantamiento o la caída de alguien es porque ha visto soberbia y altivez en su vida. El libro de los Hechos, nos trae un ejemplo muy claro acerca de las consecuencias de estas dos actitudes, se trata de un hombre llamado Herodes Agripa, quien se enalteció y sintió en su corazón el derecho de estorbar en la obra de Dios, persiguiendo a los miembros de la iglesia, incluso fue él quien asesinó a Jacobo, hermano de Juan y fue el autor de una de las tantas veces que Pedro fue encarcelado por predicar el evangelio. 

El desenlace de esta historia, es que un ángel de Dios liberó a Pedro de la cárcel, pero más adelante, Herodes Agripa, de quien la biblia dice quiso asemejarse a Dios, podemos ver que su final fue una muerte acompañada de gusanos que comían su cuerpo (Ver Hechos 12:20-23

Es momento de reflexionar en torno a lo que Dios hoy quiere enseñarnos, hagámonos las siguientes preguntas: 

¿Me encanta que me adulen y exalten en público?

¿He sentido que los logros que he obtenido son gracias a mi capacidad intelectual y talentos?

¿Me enfurece los logros de otros?

¿Me enojo si no me dan reconocimientos o felicitaciones?

¿Creo que merezco más de lo que tengo?

Si solo en una de estas preguntas nuestra respuesta es sí, es hora de pedirle perdón a Dios por pretender robarle su Gloria, recordemos que quien se enaltece será humillado; pues quien está en el trono celestial es Dios, no ningún ser humano. Nos es necesario BAJARNOS DE LA NUBE DEL EGO.


Dios te bendiga.


Alejandra Bustamante.


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