APÁRTATE DE LAS CHUCHERÍAS
“Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino”
Salmos 119: 37
Quienes me conocen, pueden dar cuenta de cómo soy de estricta con relación a la alimentación de mi hija, desde muy pequeña he procurado incluir en su dieta todos los grupos de alimentos necesarios para su buen desarrollo y crecimiento; parte del éxito en el apetito de mi pequeña ha sido nuestra disciplina como padres y el alejarla de productos dañinos para la salud o lo que llaman chucherías.
Sin embargo, sucede que cuando está rodeada de familiares adultos, que con gestos de amor le ofrecen dulces y helados, empezamos a notar que no hay el mismo deseo por las comidas principales (desayuno, almuerzo y cena); razón por la cual, en ocasiones hemos tenido que entrar a dialogar con ella, con el fin de enseñarle cuales son las prioridades a la hora de consumir alimentos.
Traigo a mención el anterior ejemplo, porque igual pasa en la vida espiritual, si nos llenamos de chucherías (redes sociales, chismes de la farándula, excesos de pasatiempos, libros con un contenido vacío, malas conversaciones, etcétera), el apetito por la Palabra de Dios, sin duda se va a ver afectado. No en vano, el salmista le hace la siguiente petición al Señor:
“Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino”
Salmos 119: 37
La vanidad de la vida está constituida por todo aquello, que es de contenido poco provechoso y desvía nuestra atención de lo realmente esencial: El Camino del Señor.
Hoy te invito a que revises como te estás alimentando a nivel espiritual y si es necesario, hagas una modificación en tu dieta.
Dios te bendiga.
Alejandra Bustamante.
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